“La exposición a un determinado entorno al comienzo de nuestra vida juega un papel clave en los microbios que colonizan nuestro estómago e intestino”, concluye Jeffrey Gordon, director del Centro de Ciencias Genómicas de la Universidad de Washington (EE.UU.), en un artículo publicado por la revista Nature. Los genes de estos microbios, añade, son complementarios a nuestro propio ADN. Y juntos forman el llamado “metagenoma”. Pero, ¿qué importancia tiene identificar a estos okupas digestivos? Mucha, según ha podido comprobar el profesor Gordon.
Entre otras cosas, porque existen 300 genes bacterianos que, cuando están presentes en grandes cantidades en nuestro digestivo, aumentan la predisposición a la obesidad. “Existe una clara relación entre la obesidad y la eficiencia con que las bacterias de nuestro digestivo extraen energía”, asegura el investigador, que pretende averiguar ahora cómo la dieta y otros aspectos del estilo de vida actual pueden afectar a la composición del microbioma.
Fuente: muy interesante
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